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Ya conocemos la 'Ley de los Semejantes', el pilar sobre el que se construye toda la homeopatía. Sin embargo, el sistema de Hahnemann se apoya en otros principios igualmente importantes que guían la práctica diaria de un homeópata. Hoy vamos a explorar los más cruciales.
3.1. El Remedio Único (Unicismo)
Hahnemann insistía en que se debía administrar un solo remedio homeopático a la vez. ¿Por qué? Porque si un paciente toma múltiples remedios simultáneamente y mejora, sería imposible saber cuál de ellos fue el que realmente funcionó. Al administrar un solo remedio, el homeópata puede observar la respuesta del paciente de manera clara y sin interferencias, y así evaluar si el remedio es el correcto, si necesita una potencia diferente o si es el momento de cambiar a otro. El objetivo es la precisión, no una aproximación general.
3.2. La Dosis Mínima y la Potenciación
Este es uno de los conceptos más distintivos y debatidos de la homeopatía. Hahnemann descubrió que, aunque las sustancias curaban según la Ley de los Semejantes, a veces podían causar una agravación inicial de los síntomas. Para evitar esto, comenzó a diluir los remedios. Y aquí es donde hizo un descubrimiento clave: descubrió que si diluía la sustancia en serie (una parte de remedio en 99 partes de alcohol/agua, y luego una parte de esa mezcla en otras 99, y así sucesivamente) y agitaba vigorosamente la mezcla en cada paso, el remedio no solo se volvía menos tóxico, sino paradójicamente MÁS potente en su capacidad curativa.
A este proceso de dilución y agitación en serie lo llamó 'potenciación' o 'dinamización'. La agitación vigorosa se conoce como 'sucusión'. Por lo tanto, un remedio homeopático no es simplemente una dilución, es una 'potenciación'. La teoría homeopática postula que este proceso libera la 'energía' o la 'esencia' curativa de la sustancia, haciéndola más profunda y efectiva.
3.3. La Individualización del Tratamiento
Este principio está directamente relacionado con el enfoque holístico. La homeopatía no trata 'enfermedades', trata a 'personas' que están enfermas. Esto significa que diez personas con el mismo diagnóstico médico convencional (por ejemplo, 'migraña') podrían recibir diez remedios homeopáticos completamente diferentes.
El homeópata no solo se interesa por el dolor de cabeza, sino por la totalidad de los síntomas únicos del individuo:
- ¿El dolor es pulsátil o punzante?
- ¿Mejora con el frío o con el calor?
- ¿Aparece por la mañana o por la noche?
- ¿La persona se siente irritable, triste o indiferente durante el dolor?
- ¿Tiene algún antojo o aversión alimentaria particular?
El remedio se elige en base a este 'cuadro sintomático' completo y único del paciente. El objetivo es encontrar el remedio que más se asemeje a la totalidad de la expresión de la enfermedad en esa persona específica.
3.4. La Totalidad de los Síntomas
Relacionado con lo anterior, el homeópata recopila todos los síntomas del paciente: mentales, emocionales y físicos. Se da especial importancia a los síntomas que son extraños, raros y peculiares del individuo, ya que estos son los que más ayudan a diferenciar un remedio de otro y a encontrar el 'simillimum' perfecto, es decir, el remedio más similar al estado del paciente.